(El Economista). Se trata de la mayor liquidación inmobiliaria de todos los tiempos.
(El Economista). Se trata de la mayor liquidación inmobiliaria de todos los tiempos.
La mayor quiebra inmobiliaria de todos los tiempos en Europa se confirmó ayer cuando el Consejo de Administración de Martinsa Fadesa notificó a la CNMV que va a solicitar la apertura de liquidación de la compañía. El grupo ha tomado esa decisión “ante la falta de adhesiones suficientes para aprobar el plan” que presentó el presidente de la compañía, Fernando Martín. La compra de Fadesa, un bocado imposible de digerir
La inmobiliaria protagonizó en 2008 el mayor concurso de acreedores de la historia y ahora logra otro hito al ir a la quiebra con una deuda de 7.000 millones de euros.
Tras esta solicitud, el Juzgado de lo Mercantil número uno de La Coruña tendrá que designar un liquidador y KPMG podría ser la elegida. La firma de servicios profesionales fue uno de los administradores concursales de la inmobiliaria en el momento de su quiebra. Ángel Martín Torres, de KPMG, trabajó entonces junto a otros dos administradores: Antonio Moreno Rodríguez, de Bankinter y la abogada Antonia Magdalena.
Plan de liquidación
El juez puede seleccionar a uno o dos de ellos para que en el plazo de dos meses actualicen la contabilidad de la inmobiliaria y diseñen más tarde un plan de liquidación. Este será un trabajo arduo, ya que se trata de la mayor liquidación inmobiliaria de todos los tiempos, con una deuda concursal de unos 3.500 millones de euros.
Pero no sólo es grande por el volumen de pasivo. El proceso será también aparatoso por la cantidad de acreedores que suma Martinsa, entre los que se encuentran más de 3.000 familias. Precisamente por eso KPMG podría ser la elegida por el juez, al contar con una infraestructura potente y necesaria para afrontar este proceso tan complejo. Según explican expertos en la materia, KPMG y Bankinter son los dos administradores económicos, mientras que el administrador jurídico es la abogada Magdalena. “Lo lógico sería que la firma de auditoría fuera la encargada, por varios motivos. No sólo por su estructura, también porque Bankinter representa a los acreedores y si fuera elegido sería francamente problemático”.
Agujero patrimonial
La compañía irá a liquidación cuatro años después de que en marzo de 2011 lograra superar el concurso, y lo hace dejando un agujero patrimonial de 4.603 millones de euros, según las cuentas presentadas a la CNMV al cierre de 2014.
La liquidación de Martinsa ha sido durante los últimos meses un secreto a voces ya que el empresario presentó in extremis el nuevo convenio sin el respaldo inicial de los principales acreedores (La Sareb, CaixaBank y el Popular), que en numerosas ocasiones se han pronunciado para advertir de que las propuestas de Martín “no eran viables”.
Una vez se inicie el proceso de liquidación, las entidades y el resto de los acreedores particulares se repartirán los 2.392 millones en activos que tiene la inmobiliaria.
La banca, que si ha confiado en las posibilidades de otras inmobiliarias, no ha visto claro el plan de negocio que se había presentado para Martinsa. Ante la falta de liquidez del grupo, que cerró 2014 con unas pérdidas de 313 millones de y un ebitda negativo de 43 millones, la banca prefirió decantarse por la liquidación para intentar recuperar una parte del dinero con la venta de los activos, ya que tenían la deuda provisionada y no estaban dispuestas a “aceptar quitas del 80% y a quedarse con suelos de baja calidad”. “El proceso que arranca será transparente, tutelado judicialmente y con garantías”, señalan las mimas fuentes.
La liquidación del grupo, que ha sobrevivido durante los duros años de crisis para el sector inmobiliario, llega precisamente en el momento en el que el mercado de inversión está en plena ebullición, pero Martinsa no ha logrado convencer a la banca y ahora su fundador verá como las entidades se reparten lo que queda de su imperio inmobiliario.