No es tema baladí la disquisición de la legislación como ciencia y/o como arte, o las dos cosas a la vez. Es evidente que las leyes surgen al sistema para resolver problemas, no para que una ley

No es tema baladí la disquisición de la legislación como ciencia y/o como arte, o las dos cosas a la vez. Es evidente que las leyes surgen al sistema para resolver problemas, no para que una ley, por deficiente técnica legislativa sea incomprensible, contradictoria con el resto del ordenamiento y se la añada su inconcreción para el operador jurídico que tiene que interpretarla (juez, poder público, etcétera). ¿Cuál será el básico principio constitucional dañado?: inexorablemente la seguridad jurídica (artículo 9.3 CE). Cuando intitulo el presente articulo como La buena Ley estoy valorando negativamente el uso y abuso, ad nauseam, que ha hecho gala el Gobierno de España en su producción normativa del Decreto-Ley. Con ello ha evitado debate, análisis, confrontación de ideas con el resto de grupos parlamentarios. Este abuso entraña muchos riesgos, y el primero de ellos de técnica legislativa ya que estas normas suelen ser de difícil encaje en las leyes que modifican con carácter de urgencia, planteándose así contradicciones e incluso discordancias.

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